Actualmente en Latinoamérica se sienten los estragos de la revolución tecnológica y el impacto en el trabajo; México no es la excepción. La velocidad en la robotización es cada vez más acelerada y permea en los procesos de las empresas de todos los tamaños y sectores; el trabajo ha cambiado no solamente en el agro y en la industria sino que ha llegado a impactar en el sector servicios (laboratorios, restaurantes, bancos, salud, actividades administrativas, educación, etc.). En Latinoamérica dos terceras partes del empleo pueden llegar a desaparecer en los próximos 20 años y ante esta realidad los nuevos emprendedores tendrán que adaptarse a los nuevos sistemas y a crear nuevos, adaptarse y reinventarse permanentemente. Nuevos modelos de negocio, nuevos productos para nuevos mercados y nuevas competencias es lo de hoy. Una realidad que ya se menciona con mayor frecuencia: el que tendrá una oportunidad de sobrevivir ante el tsunami tecnológico será el que se anticipe, analice tendencias, proyecciones, se capacite y desarrolle habilidades para resolver problemas, para desarrollar el pensamiento crítico, la creatividad, la inteligencia social y emocional. Si el trabajo que se desarrolla se puede explicar fácilmente seguramente será sustituido debido a la tecnología.
Si esto impacta en los millennials ¡que decir de la generación “X” o Baby Boomers!; empresarios, ejecutivos, profesionistas o emprendedores que están ya en la segunda mitad de su vida, digamos arriba de los 45 años. El desarrollo de nuevas competencias, la actualización y la educación permanente debe de ser una constante de todos los días.
¿Quién podría garantizar que la actividad que estamos desarrollando actualmente aun teniendo éxito permanecerá en los próximos 5, 10, 15 o 20 años?.
La educación y la actualización aplica para personas y para empresas. Este es y será un tema fundamental del que seguiremos hablando. Quien quiera cerrar sus ojos ante esta realidad podrá ser de los próximos desempleados de la revolución tecnológica.
Mauricio Gallardo