Sigo escuchando conferencias, programas o pláticas de café que hablan de la necesidad y de los beneficios de emprender; hablan permanentemente del espíritu emprendedor autores, influencers, bloggers, youtubers a través de sus videos, en historias de Instagram, historias de Facebook, blogs, artículos en Linkedin, revistas, libros, etc. Quienes estamos inmersos en el tema tenemos nuestros “mentores” o “gurús” en los tópicos más actuales de los negocios y es muy común que relacionen el emprendimiento como sinónimo de ser joven. Y están en un grave error.
Por supuesto que hoy los jóvenes requieren tener un espíritu emprendedor, debería de ser parte de la estructura de su formación profesional; para nadie ya hoy es novedad que los cambios acelerados y la necesidad de innovar requieren de una mentalidad creativa. Bajo esta premisa, no se debe de perder de vista que el que quiera subsistir en esta época debería de tener la capacidad de emprender, tenga la edad que tenga. Emprender no es un concepto de edad, es un concepto que tiene que ver con la actitud de querer desarrollar una idea en un producto o servicio exitoso que resuelva algún problema. De querer desarrollar nuevos modelos de negocios, estar abiertos al cambio y estar dispuestos a arriesgar para potencializar un modelo de negocio que tenga permanencia.
El adulto, digamos mayor de 45 años, sin duda ya esta viviendo la segunda mitad de su vida y muy difícilmente lo contratarán en una empresa; la expectativa de vida ha ido aumentando dramáticamente debido a los avances en la medicina. En este contexto, ¿cuáles son las expectativas profesionales que tendría una persona en esta etapa de la vida? Por supuesto habría que poner sobre la mesa varios aspectos: ¿qué tanto acumuló financieramente a lo largo de su vida profesional?, ¿cuál es su masa patrimonial?, ¿cuál es su flujo de efectivo en ese momento?, ¿cómo espera resolver la etapa de su retiro?, ¿cuáles son los gastos pendientes importantes que todavía tiene?, como por ejemplo las universidades de los hijos, tener ya su casa propia, liquidar deudas, etc. Y desde luego ¿cuál es el estatus profesional en ese momento?, si ya cuentas con tu propia empresa y cuál es el futuro de ella, si vas a hacer una sucesión, si tienes un empleo deberías de tener claro si todo lo antes expuesto ya está contemplado para el día que ya no lo tengas, y si estas por arrancar un negocio o tienes poco tiempo de haberlo hecho que tan sólido está tu plan de negocios. Además de tener claro que pasaría con tu familia si el día de mañana ya no estás, ¿Cómo resolvería tu familia su futuro inmediato? ¿Te das cuenta cuantas cosas debemos de contemplar?
Entonces ¿qué hay con el emprendimiento?, si te das cuenta, el mundo laboral ha cambiado dramáticamente y hemos entrado a la era en la que si no tienes un empleo formal, debes de saber generarte tu propio ingreso; para ello debes de ponerte en marcha, comenzar a desarrollar tu capacidad creativa y buscar opciones que esta época nos ofrece como los negocios en internet aprovechando el marketing digital como el e-commerce, servicios de alto valor agregado, negocios en bienes raíces, etc.
Este mundo cambia aceleradamente, requiere de toda nuestra capacidad creativa para desarrollar nuevas opciones y oportunidades que están ahí. Lo que requieres es tomar la decisión y ponerte en marcha, cualquiera que sea tu edad.
Mauricio Gallardo